¿Deseas llevar tu cruz con amor, serenedidad y fortaleza, y beber el cáliz del Señor?
El
Apostolado de la Cruz te enseñará...
Si
andas en busca de...
· darle
significado a tus penas y alegrías,
· una
relación íntima con el Señor,
·
dar testimonio en medio del mundo,
·
personas que tienen tus mismos ideales
...la
respuesta es el Apostolado de la Cruz
La
doctrina del Concilio Vaticano II sobre la unidad de la
Iglesia como pueblo de Dios congregado en la unidad del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo, subraya que son comunes a la
dignidad de
todos los bautizados la imitación y el seguimiento de
Cristo, la comunión mutua y el mandato misional.
"El encuentro con el Señor produce una profunda
transformación de quienes no se cierran a Él. El
primer impulso que surge de esta transformación es comunicar
a los demás la riqueza adquirida en la experiencia de este
encuentro. No se trata sólo de enseñar lo que hemos conocido,
sino también, como la mujer samaritana, de hacer que los
demás encuentren personalmente a Jesús: "Venid a ver"
(Jn 4,29).
"Fueron,
pues, vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día" (Jn
1, 38-39. Ese quedarse no se reduce al día de la
vocación, sino que se extiende a toda la vida." (Exhortación
Apostólica Postsinodal Ecclesia in America).
El seguimiento es la respuesta a la invitación de Jesús: "el
que quiera venir en pos de mí que se niegue a sí mismo,
que tome su cruz de cada día y que me siga" (Lc 9,23). Esto
nos lleva a seguir a Cristo en el misterio de su sacerdocio
victimal por el que se ofrece a sí mismo al Padre por la
salvación de los hombres. Implica vivir con y como Jesús,
adoptar sus ideales, asumir su misión y su destino, hasta
transformarnos en Él.
¿Qué
te ofrece el Apostolado de la Cruz?
·
Realizarte plenamente como persona y como Cristiano.
·
Una comunidad
en busca de crecimiento espiritual a través de la oración compartiendo en la fe y meditando la Palabra de Dios.
·
Descubrir y compartir con otros los regalos que Dios te ha
dado.
·
La oportunidad de hacer obras apostólicas al servicio de la
Iglesia. |
Naturaleza,
origen y emblema
(Estatutos 1-6)
1. El Apostolado de la Cruz
es, en la Iglesia, una asociación de cristianas/os que, al impulso del
Espíritu Santo, siguen a Jesucristo sacerdote y víctima, contemplativo y
solidario, promueven la comunión y colaboran con él en la salvación de
la humanidad.
2.
El Apostolado
de la Cruz está abierto a todos los que forman el Pueblo de Dios:
laicas/os, religiosas/os y ministros ordenados.
3. El Apostolado de la Cruz
es una obra inspirada por Dios a la
Sra.
Concepción Cabrera de Armida. Fue fundada
por Mons. Ramón Ibarra y González, con la colaboración del P. Alberto
Mir, sj, el 3 de mayo de 1895. Fue aprobada por el papa León XIII el 25
de mayo de 1898, y confiada al cuidado y dirección de los Misioneros del
Espíritu Santo por el papa Pío XI, el 9 de julio de 1926, siendo
Superior General el P. Félix de Jesús Rougier, entusiasta impulsor del
Apostolado de la Cruz.
4. El Apostolado de la Cruz
es la primera de las cinco
Obras de la Cruz. Las otras son:
Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús, Alianza de Amor con
el Sagrado Corazón de Jesús, Fraternidad de Cristo Sacerdote y
Misioneros del Espíritu Santo.
5. El Apostolado de la Cruz
y los Misioneros del Espíritu Santo son dos obras distintas pero
hermanadas por su espiritualidad, misión e historia. El gobierno y
animación del Apostolado de la Cruz se realiza de manera corresponsable
por ambas Obras.
6.
Nuestro
emblema es la
Cruz del Apostolado, y el clamor de
intercesión de Conchita: «Jesús, Salvador de los hombres, ¡sálvalos!»,
sintetiza nuestro proyecto de vida.
Práctica
fundamental de de los miembros del Apostolado de la Cruz
Los miembros
del Apostolado de la Cruz se ofrecen con Jesús sacerdote y víctima,
contemplativo y solidario,
en
la cruz de cada día, especialmente las penas y sufrimientos de la vida.
En unión con el Sacrificio de Jesús, para consuelo de su Corazón
Sagrado, por las manos de María, hacen de su vida un ofrecimiento
sacerdotal a fin de cooperar al reinado del Espíritu Santo para gloria
del Padre en la salvación de los hombres, implorando gracias para el
mundo, la Iglesia, especialmente los sacerdotes.
La Cadena de Amor
es el modo característico de vivir el sacerdocio bautismal de quienes
vivimos la Espiritualidad de la Cruz.
¡Todos estamos
convidados a la obra de la salvación!
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